9.3.4 Códigos sintácticos

Los código sintácticos rastreados en los tres programas analizados de Banderas en Marte, dan cuenta de la forma como puede construirse una narrativa de lo joven desde la asociación de un plano con otro. Primero se plantearán una serie de puntos generales en relación al montaje para luego hacer una mirada a estos códigos desde las cuatro dimensiones del montaje propuestas por David Bordwell.

• Se privilegia el corte directo para unir un plano con otro. El paso de un personaje a otro también se presenta a través de este mismo recurso. El montaje no segmenta las historias, no propone divisiones más marcadas como disolvencias a negro o encadenados entre una imagen y otra. Es decir, las historias presentadas por lo personajes no son categorizadas desde el montaje, todo lo contrario, la utilización de un corte directo va uniendo una historia con otra, un personaje con otro, un espacio con otro, como si todos y cada uno de los relatos individuales que se narran fuesen una sola y gran visualización de experiencias.
• En muchos apartes, para pasar de la secuencia de un personaje a otro, el audio del plano anterior se monta sobre el inicio del plano que sigue, de esta manera, el montaje del audio contribuye a la sensación de unicidad descrita en el punto anterior.
• El montaje privilegia las acciones de los personajes en relación al contextos donde se mueven, usando el recurso del OFF mientras se desarrollan dichas acciones, más que los planos donde el personaje habla de frente a la cámara.
• Los efectos digitales del montaje son recurrentes, en especial para trabajar la imagen desde aspectos meramente visuales, cromáticos y gráficos, y en algunos casos llegar a involucrar la dimensión rítmica del montaje. Imágenes aceleradas de calles como en el caso de la secuencia de El Ocio, donde se describe la calle y la discoteca donde trabaja Alejandro; imágenes lentas, como en el caso de Liebres, Parados…, donde una imagen en cámara lenta muestra a Danilo con sus amigos atravesando una plaza; colores saturados, como en la misma secuencia de las discotecas en el programa del Ocio; pequeñas disolvencias sobre personajes usando flashes blancos, como en la presentación de Yeyé en Liebres, Parados…

David Bordwell propone un estudio del montaje desde cuatro dimensiones básicas: dimensión gráfica, rítmica, espacial y temporal .

• Dimensión gráfica en el montaje de Banderas en Marte: La imagen está compuesta por elementos gráficos, que montados y asociados adecuadamente pueden generar procesos de significación, en algunos casos, y en otros, simple atracción estética. Por la característica abstracta que también posee su sistema de organización narrativo, el montaje de Banderas en Marte utiliza de manera recurrente la asociación y unión de un plano con otro haciendo primar el carácter gráfico de las imágenes. En el programa del Ocio, la secuencia correspondiente a Indira, una chica de 18 años que invierte su tiempo libre en la lectura, pasamos de una plano en contraluz, donde la silueta de Indira ocupa la mitad de la pantalla, a un primer plano de Indira donde su rostro desenfocado ocupa el tercio izquierdo del encuadre. En este ejemplo, el montaje juega con la silueta y el rostro de Indira, acentuado sus elementos gráficos. En Bendito sea el sexo, toda la secuencia de presentación del personaje de la chica homosexual, se vale de elementos de composición gráfica para narrarla visualmente y describir su espacio, que también es una forma de describirla a ella. Se utiliza primeros términos enfocados y fondos desenfocados para no ver al personaje; la silueta negra de la chica contrasta con los azules vivos de su cuarto mientras da un testimonio; el rostro silueteado de la chica en primer plano se encuadra en medio de dos pinceles; la imagen de la pareja lesbiana se ve reflejad en la pantalla de un computador encuadrado en primer plano. En el mismo programa, en la secuencia de la reunión de mujeres homosexuales, el uso del montaje gráfico asocia primeros planos, composiciones en las que la pantalla parece dividida por franjas de colores, planos detalles de tazas y otros objetos que describen el lugar y al mismo tiempo impide ver claramente el rostro de los personajes.
• Dimensión rítmica en el montaje de Banderas en Marte: El montaje puede variar el ritmo y el tempo del relato. En el caso de Banderas en Marte, el ritmo del montaje es dinámico y ágil sin llegar a ser acelerado. La aceleración o lentitud de las imágenes con efectos digitales del montaje hacen variar el ritmo. En el caso de Liebres, parados…, la secuencia donde Danilo atraviesa una plaza en cámara lenta, disminuye el ritmo para acentuar una acción dramática: el montaje asocia a Danilo y a sus amigos –que ahora pasan al lado de un cajero automático- con los planos de una radiopatrulla de la policía que se encuentra cerca, significando que Danilo y sus “parceros” están siendo vigilados por la policía. Teniendo en cuenta que el tema del capítulo es la estigmatización de la que son víctimas muchos jóvenes, el uso de este recurso de montaje enfatiza la temática central del capítulo.
• Dimensión espacial en el montaje de Banderas en Marte: En Banderas en Marte, el montaje nos lleva de un lugar a otro, y en la mayoría de los casos, sin anteponer planos de ubicación. La dimensión espacial del montaje en los programas contribuye a relacionar directamente a los protagonistas con la ciudad. En este caso, el montaje es también una descripción de lo urbano. Otro punto en relación a su dimensión espacial, es que la descripción de los lugares se hace desde particularidades, elementos muy preciso que ayudan a inferir un todo.
• Dimensión temporal en el montaje de Banderas en Marte: El montaje de Banderas en Marte ordena la narración en un tiempo lineal, secuencial, más bien continuo, donde el plano y la secuencia siguiente se corresponde y relaciona con la anterior, y aunque salta de un personaje a otro, y de una historia a otra, el salto es más bien espacial, temporalmente la historia no salta al pasado y vuelve al presente, sino que más bien en el montaje hace que la narración guarde un orden lógico ascendente y siempre hacia delante, ayudando al desarrollo de la historia. Es decir, no hay juegos de saltos temporales o fraccionalidad en la continuidad del tiempo. Esta decisión de montaje hace que los relatos se organicen de manera más sencilla y fácil de entender.