TESIS EN COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO

EN ESTE BLOG ENCONTRARA TODOS LOS ARTÍCULOS, LINKS E INVESTIGACIONES DE LOS DOCENTES DE LA UNIVERSIDAD JORGE TADEO LOZANO SECCIONAL CARIBE, PATRICIA RUIZ ACERO, GERARDO FERRO ROJAS Y DAVID CANEVA AKLE. ESTOS DOCUMENTOS CONFORMAN LA TESIS FINAL SOBRE INTERPELACIÓN Y REPRESENTACIÓN JUVENIL A TRAVÉS DEL PROGRAMA BANDERAS EN MARTE DEL CANAL PÚBLICO NACIONAL "SEÑAL COLOMBIA"

7/20/2006

Localidad, Región y Globalidad desde la percepción del Tiempo Incorrecto.



Por.
David Caneva Akle
Patricia Ruiz Acero

Primera Parte



Algunas relaciones de los autores que tratan el tema de la modernidad, la hibridación, el descentramiento y la desterritorialización ofrecen estudios e hipótesis demarcadas por actitudes que no soy mayoritariamente propias de sus experiencias.
Por motivos generacionales o territoriales en términos de limites físicos, existe un imposibilidad de entendimiento entre el pensar y el hacer en ciudades híbridas como son las ciudades capitales de Colombia o Latinoamérica.
El deterioro de la palabra joven está sujeto a una fuerza centrifuga que retira la acción de ser irreverente con la de ser maleducado, la de ser contradictorio con la de ser saboteador y conspirador.
La gran urdimbre de retazos sobre lo que es ser individuo en una sociedad fragmentada por sus percepciones del tiempo y sus estructuras racionales sobre lo correcto o lo incorrecto, permean de forma tangencial la actitud del ser joven, pues hoy ser joven y vivir inmerso en algunas prácticas culturales es someterse a una dinámica productivista de los mercados globales que a la vez son el ejemplo de cómo el piñón consumista se desgasta hasta desvencijar la maquina.
La situación acorralada de las palabras frente a las realidades incoherentes de los individuos son un a especie de gelatina de Pata que provee magnitudes descomunales de información que fracturan el precepto de identidad que promueve la familia como elemento básico del estado nación.
Desde una perspectiva más personal, no se podría nunca plasmar de manera precisa en que momento los estudios sobre estos temas se fueron por las ramas de lo teórico y dejaron de lado la utilidad de la experiencia.

Año 1978, los Beatles están a punto de separarse, han pasado 10 años desde que se realizó el gran concierto rokero pro amor y paz sicodélico contraguerrerista llamado Woodstock. Jóvenes de Cali, Medellín, Bogotá y Cali, inmersos en la constante dilapidación de sus procesos por parte de un sistema político y económico hegemónico que castra el pensamiento comunitario debido a una guerra mundial contra el comunismo, miran con esperanza el nacimiento de una nueva visión cultural que promete dejar de lado los sectarismos y las dicotomías entre estados, sistemas e individuos.

Un hombre de 78 años emigrante de los sitios donde se centra el conflicto árabe israelí, va y viene desde el mar negro atravesando el atlántico hasta llegar a América pasando por las Guyanas y Bocas de Ceniza en Barranquilla y se adentra en lo profundo del valle del Magdalena para vender sus mercancías textiles, alimenticias y culturales.
Con él se desplaza su conocimiento del Islam menos radical y encuentra en las riveras del Magdalena colombiano una aceptación económica y política representada en negocios y casamientos que conjugan su religión de paz y su visión del negocio bien hecho con una particular forma de pensamiento político religioso católico conservador, pro machista donde se conforma el desarrollo y prolongación de su existencia, hasta que por incidencias de las hormonas nacen los primeros hijos que no son ni árabes ni colombianos.

Germinan estas semillas entre la tradición del caimán, la virgen y la práctica del Salat 5 veces al día, haciendo de un acto global algo local y viceversa, pero esos hijos crecen a su vez dentro del desarrollo social artístico de la costa caribe bañada de la diversidad indígena, negra y española, cuyo relación se da en lo espacios públicos a partir del uso de la música como punto de encuentro básico y punto de partida de la diversidad que luego con la necesidad de evolucionar hace que los hijos vuelen a ciudades como Barranquilla Cartagena, el Putumayo, Choco o los Llanos Orientales.

Algunos hijos en la capital del país desarrollan su capacidad artística, gestionando sus procesos individuales a través de la danza y el canto. Algunos aprenden francés, italiano, ingles, o mejoran sus conocimientos sobre el alfabeto árabe heredado de un padre preocupado por la educación, y otros tantos se dedican a oficios mas mecánicos y racionales como la electrónica, las ingenierías, o los oficios operativos de la Bogotá de los años 50 que necesita mano de obra para desarrollar algo más que proletariado.

Hermanos de este árabe tiene hijos en Memphis - Tenesse, Estados Unidos, quienes por medio del correo vinculan a sus primos en América del Sur con la música de Elvis, la cadera irreverente que desestigmatiza el Blues Folk, elevandolo al nivel del escandaloso Rock and Roll acompañado de gritos femeninos, desmayos y brillantina.

La inducción en esta música por parte de algunas personas de la América de Getulio Vargas, Rojas Pinilla, Perón, Alfonsin, Castro y Guevara, genera movimientos mamertos que en medio del conocimiento exacerbaron la polaridad de la sociedad colombiana, generando años después torturas masivas de jóvenes estudiantes que a falta de un conocimiento más global de la problemática de la esfera terráquea promovieron una revolución cultural que ya se había gestado hacia casi 200 años en la Europa industrial. Pero con las falencias propias de una ciudad desgastada por los sistemas y prácticas de las estrategias de poder de los países imperio.

Sin embargo no valió revolución ni derechismos frente a la germinación del rock paralelo con la guabina y el torbellino. Esas cumbias y Tangos de José Barros, música satanizada a principios de los años 20, se convierte en una práctica permanente que generan la identidad del ser colombiano, y ahí siguen los hijos del árabe con madre colombiana católica apostólica romana en una ciudad cada vez mas industrializada, macartizada, y en búsqueda de nuevos caminos que a la final son su inmersión en la hibridación de las ciudades de América Latina.

Entonces vuelve la música como referencia entendiendo que antes de separarse los Beatles los procesos políticos y sociales del mundo estaban inmersos en un entendimiento claro de la bipolaridad mundial.
De ahí que en esta casa globalizada, con Corán , Biblia, I Ching y la Tora a bordo sin hablar del Popol Vu, se convierte en un centro cultural que inicio de lo global para llegar a lo local y así, de alguna forma, inicia su proceso de retorno a lo global a partir del uso y prolongación de prácticas urbanas que se manifiestan en lo público.
El tener un LP de Woodstock al lado de uno de Diomedez Díaz, o un Libro de Alejo Carpentier al lado de una biografia de los Rollling Stones o Tymoty Liry, merece una consideración en términos de industria cultural, que provee la eliminación de los territorios fronteras para de repente tener en pocos días una guerrilla juvenil que se organiza a través de la comunicación publicitaria y que de alguna forma marco el paso generacional de los años 60 a los años 80.
El advenimiento de la cultura musical de masas trajo consigo una contracara de la guerra del Vietnam con artistas pragmáticos que proponían una estructura de arte para la cultura y no de armas para el progreso.
La doctrina del destino manifiesto de resquebraja al ver que el mundo ya no es más como debía ser.
Joe Cooker, The Who, Los Velvet Underground, Jimy Hendrix, The Doors, Janis Joplin, Ana y Jaime, Sui Generis, así como el crecimiento del Rap que pasaría a ser Hip Hop después y que se instala en las guerras pandilleras del West COAST y el East COAST de California y Florida, dan forma a una sopa heterogenea de convicciones y valores que se sostiene sobre una cultura mediática sumergida en la caída del dinero, el uso y aceptación de las denominadas drogas fuertes y suaves, y su consecutivo aplastamiento por la cultura ochentera de cocaína, ego, e idea de que el mundo es perfecto y que en lo único en lo que no hay que pensar, es en no pensar.

Esa cultura mediática de los 80 permea a aquel joven, hijo del hijo del árabe, expulsado de oriente finalmente, después de la guerra de los seis días, y su mente se instaura en una sociedad que pretende ser liberada pero que es purista y doctrinaria en sus bases más profundas.
Es entonces cuando su proceso humanístico se acelera, gracias a la lluvia constante de información, que con la llegada del progreso informático le augura un mundo más inmediato y fácil de vivir.
Sin embargo esta teoría se sostiene con el bombardeo incesante de la cultura Glam y el pop rock que hace su antitesis de lo que los ingleses manifestaban como la caída de la fenomenología del espíritu cuando sostiene que el rock esta muerto y lo único que gobierna es la anarquía.
10 años atrás la cultura punk ya hacia sus estragos en la Alemania oriental acompañado de largas colas para pedir jeringas con que inyectarse la heroína proveniente de Afganistán, África o América.
Este paradigma de la sociedad europea de la posguerra es la contraparte de esa cultura pop rock a lo Poison, A lo Nelson, a lo Guns n Roses o Aerosmith, quienes ya hablaban de una sinfonía de vanalidad consumista. De ahí que Bon Jovi se convirtiera en el símbolo sexual de los ochenta entre las niñas adolescentes norteamericanas, borrando de la memoria la idea de la estrella sexy pero inteligente que Robert Plant de Led Zeppelín proponía para la sociedad inglesa o que descarnaba Ozzy Osbourne en su Banda Black Sabbath, y que a la final se convirtió en un hibridaje musical que daría inicio a la nueva etapa musical de los 90s, el Grunge.

Esta corriente musical es el ejemplo más cercano de lo que Andrés Caicedo llamo como cultura errática de la información, pues su propuesta sesentera de la realidad sólo pudo ser entendida 30 años después de su suicidio en aras de un mundo feliz a lo Aldous Huxley, este ultimo discípulo del gran investigador y científico de los años 40 y padre del LSD Timothy Liry.

¿Pero por qué El Grunge junto con la llegada del Hip Hop y la adopción de la música folclórica de América y en especial de Colombia es un factor convergente cuando de localidad región y globalidad se habla?. Pues por que la cultura suicida post POP y a favor de la distorsión, se reglamentó precisamente por la ausencia de reglas racionales enfocándose en la aceptación del otro como otro, no desde lo individual sino desde lo colectivo, de ahí que los procesos del rock en América estén acompañados por la subida y bajada de las grandes dictaduras y caudillismos de América Latina.
Bandas como Sound Garden, Pearl Jam, Nirvana, Beastie Boys y la más representativa Rage Against the Machine, se mezclaron con esa desazón permanente de que el mundo no mejoro después de la guerra fría, ni después de la guerra del golfo, ni después de nada.

El asesinato de Jhon Lennon demostró que la sociedad no estaba preparada para ningún proceso pacificador a lo Mahatma Gandhi, ni muchos menos estaba preparada para aceptar la diferencias. Por eso, este hijo de una mujer costeña hija de un árabe, resultó siendo un hibrido a lo Manu Chau, un Ciudadano Mundial que es una esponja receptiva de informaciones que le dan un bagaje del mundo menos totalitario y más colectivo en términos de espiritualidad y sincronía planetaria, esto llevado de la mano de la verdadera cultura – arte.

Por eso si tenemos en cuenta la industria cultural de la música actual, por ejemplo la música que hace una artista como Shakira, que claramente es un producto industrializado de la cultura de masas, es a la vez la proyección de un interés particular de unos productores del mercado musical que de alguna forma han entendido la vitalidad de lo intangible cultural, como elemento de ganancia.
Este ejemplo se cita aquí, por que esta artista representa un ejemplo claro de hibridación al que hemos sido sometidos, por no decir involucrados, a través de la repetición constante de canciones como Hips dont lie. ¿Por que?. Shakira es Barranquillera pero de origen libanés, muy cercano al ejemplo del principio. Barranquilla es un puerto internacional marítimo que ha recibido la información de los distintos países del mundo a través de mercancías y formas culturales por mas de 500 años de posconquista.
Ella al pertenecer a una élite urbana y al ser hija de inmigrantes árabes, recibe cantidades diversas de perspectivas e informaciones de culturas tan disímiles como lo son el mundo árabe y el mundo occidental.

Por otro lado un persona del altiplano cundí boyacense próxima a la ciudad capital que habita en un municipio conectado por vías de transporte, que a su vez es frío y que no tiene relación directa con el caribe colombiano, desarrolla procesos artísticos completamente híbridos al entender que su entorno e identidad están enmarcados en un caos citadino propio de las generaciones post 80´s quienes por medio de la caja mágica de luz, noticias e información, televisión, instaura un desarrollo mental a partir de las imágenes dadas por ese mundo hegemónico del desarrollo pero teniendo en cuenta su autonomía y estilo propio.
La cultura popular en la que se involucra no sólo es rockera americana sino que se cubre de la fuerza europea hispano parlante de Sandro, Camilo Sexto, o Pablo Gallinazus, Los Elefantes, Vicky Car y ABBA, con su “Chiquitica dime por qué…”
Esto converge así mismo, con los ritmos externos del altiplano que están presentes en la calle en le bus en la discoteca, como Cali Pachanguero, Un aventura, Los hermanos Rosario, escuchados en la fiesta de graduación o PROM, que fue el lugar donde se comenzó a bailar la Lambada, el Meneito, donde se da el primer beso , donde se tiene las primeras amigas y donde se generan comportamientos de moda, mientras en la escuela se da un perspectiva de la cultura tradicional como el Bambuco, Pasillo y los ritmos tradicionales de cada región como la contradanza del Choco, la Cumbia de la costa atlántica, el Mapalé, enmarañado con una tendencia ética de los colegios femeninos y religiosos del momento mas narcotizado de la Colombia de los 80s.
Esta idea del narcotráfico que ya estaba presente en los medios de comunicación, generando el pánico de las bombas, el miedo a salir a la calle, producen que los referentes de violencia se aceleren y de repente la cultura del arte y del estudio, se relego.

La idealización del bandido en la calle iba de la mano con la lectura en la casa, que se acompañaba con la rumba en la Calera , la Pepe Sierra, la fiesta de barrio y el aprendizaje del baile como factor de convergencia social, es decir, la relación de los individuos en términos sexuales, estaba ligado como una soldadura a programas de TV. como, “Lazos Familiares”, “ALF”, “Dejémonos de Vainas”, “el Chavo”, “El Chinche”, “Romeo y Buseta”, junto con referentes norteamericanos como “Años maravillosos”, “Mágnum”, “Los Magníficos”, “Automan”, “La Mujer Maravilla”, “El hombre Biónico”, “Mac Gyver”, “Dinastía”, “La Isla de la Fantasía”, “Rip Tyde”, “Lobo del Aire”, que a su vez eran la derivación y prolongación a través de los medios de lo que fue la caída de la Cortina de Hierro y el fin de la guerra Fría.
Un ejemplo claro de esa hibridación, que sufrieron los estos hijos de árabes en América y sus hijos, o aquella persona que se desarrollo en la Bogotá de los años 60s, 70,s y 80,s es un programa como Súper Agente 86, en donde se aclara que la modernidad se rompió y que lo que entendemos como el paradigma de desarrollo esta siendo reevaluado por procesos que nada tiene que ver con las tecnologías, sino mas bien con la alfabetización de una sociedad que antes de pretender hablar inglés o manejar computadoras, debe aprender a hablar español o sumar y restar, eso sin ser totalitarios pues caeríamos en el mismo maniqueísmo con el que se han manejado las memorias colectivas y la industria cultural.

La universidad, al ser universal, provee a estos pro ciudadanos, información totalmente descentralizada e híbrida en términos tangibles e intangibles pues compartimos el concepto de la plaza pública como eje de la política de una región, paralelamente con los centro desarrollo urbanístico y comercial nacidos del boom del narcotráfico. De ahí que un estudiante de la Javeriana de Bogotá, parado en la calle 45 con 7 en el año 99, sea un ser totalmente globalizado por que en un ejemplo sencillo, su maleta es Totto, sus zapatos Nike, su Jean Levis Strauss o Diesel, sus collares son fabricados por artesanos de Mompox o indígenas del Magdalena medio, quienes salen del conflicto colombiano haciendo labor manual. Este estudiante lleva un Walkman de Casete su compañero más modernizado tecnológicamente llevaba un CD player y otro con más dinero hijo de un narco recién llegado de Miami, tiene un Mini Disk, y todos juntos van para Unicentro o a Bulevar Niza en donde existe la cultura de Wimpy o Burger Station, mezclada con la naciente gastronomía de Crepes y Waffles.
Es Decir, cada vez más globalizados, pero a la vez más solos e inmersos en un proceso totalmente individual en donde se centran las relaciones propias con los referentes públicos.
Entonces estos individuos se interconectan progresivamente con un entorno que les ofrece una gama de posibilidades que partieron en el mundo árabe o el mundo del altiplano, para llegar a un micro mundo en donde se involucran las relaciones sociales en términos de aceptación.
De ahí que como dice Lecorbousiere arquitecto de los años 80s y profesor de Salmona: la seguridad social y el amor entre los individuos radican en lo público, no en lo privado, esto en términos etéreos más no físicos y entendibles cuando se pretende conocer a alguien, como un amigo, futuro novio, pero las barreras físicas que evitan ese conocimiento son las mismas barreras que en metáfora, genera el estado al hacer un encerramiento de un parque o edificio.
Es extraño pero fácil de entender si vemos que el espacio público es el lugar de la interacción de estos seres globalizados y si les pones un reja de encerramiento estamos produciendo la inseguridad tanto pública como individual, pues la barrera es una afrenta contra las dinámicas evolucionistas de la mente de nuestros dos ejemplos de ciudadanos, quienes son el reducto de un mundo en crisis cuyo fin tecnocrático es evitar la cultura como relación dinamizadora de los procesos sociales económicos y apolíticos que la tierra maneja.