TESIS EN COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO

EN ESTE BLOG ENCONTRARA TODOS LOS ARTÍCULOS, LINKS E INVESTIGACIONES DE LOS DOCENTES DE LA UNIVERSIDAD JORGE TADEO LOZANO SECCIONAL CARIBE, PATRICIA RUIZ ACERO, GERARDO FERRO ROJAS Y DAVID CANEVA AKLE. ESTOS DOCUMENTOS CONFORMAN LA TESIS FINAL SOBRE INTERPELACIÓN Y REPRESENTACIÓN JUVENIL A TRAVÉS DEL PROGRAMA BANDERAS EN MARTE DEL CANAL PÚBLICO NACIONAL "SEÑAL COLOMBIA"

4/11/2007

9.3.3 Códigos sonoros

La música hace parte del montaje de Banderas en Marte como un código que busca lograr identificación con el concepto de pluralidad latente en ciudades como Bogotá. Dentro de esta gama de matices sonoros que se reúnen en lo joven y sus entornos, podemos escuchar una cantidad de voces, ruidos y melodías musicales que divergen unas con otras, o se complementan al punto de convertirse en una sola sinfonía.

Esa sinfonía de sonidos diversos y equilibrados, es lo que este programa plasma auditivamente en su desarrollo. De esta forma, podemos escuchar desde el cabezote, la unión de los sonidos callejeros como el acordeón inglesa con una octava de teclas de piano y un beat musical tipo dance que lleva un ritmo permanente en 4 cuartos.

Esta melodía del cabezote se compone de varias mezclas musicales que representan de una forma sintetizada a los jóvenes de la bogota más urbana, a sus vendedores, su comercio, sus colegios y sus prácticas nocturnas, así como sus entornos arquitectónicos.

Sonidos como viento, metales, trompetas, pianos, y guitarras fuertemente distorsionadas, componen un abanico de sonidos que cambian en segundos para llegar a un scratching (movimiento de acetatos sobre un tornamesa) de discos, que refuerzan los primeros planos de la alumna que brinca a un primer plano y la mama con bebe, los cuales también tiene un hermetismo sonoro gracias a un efecto que lo que pretende es dar énfasis a una situación cotidiana de los jóvenes.

Luego la mezcla nos lleva a un beat mas claro y algunos sonidos sofisticados del tecno, como pitos e instrumentos de cuerda con delay y flanger (efectos de sonido) que marcan el paso de la imagen de un Dj y un bailarín de break dance pasando en un solo beat a un rock punk, que enfatizando en las baterías y en las guitarras, nos expresa códigos claros de la multiplicidad de grupos y pensamientos que abarcan el concepto de lo joven.

Dentro de todo el espectro musical y sonoro, vemos la inclusión del vals El Danubio Azul de Joan Strauss, entrelazada con efectos que refuerzan las acciones como el tecleado de un computador, la campana de un reloj, vientos, latas y de repente el silencio..
La música Rythm and Blues fusionada con un Funk de la banda de Rap New Yorkino, Beastie Boys, es una constante en los 3 programas analizados, nos lleva a una dinámica de sonido que fluye con el devenir de la imagen, codificando un gusto especial por melodías que más que rellenar el tiempo de la imagen, brindan la posibilidad del encuentro juvenil en los ritmos alternativos de los subgrupos sociales mas representativos del mundo. Es decir, música del guetto de Nueva York, es la música del guetto del Potosí en Ciudad Bolívar o de los estudiantes de diseño grafico de la Tadeo o bellas artes de la Universidad Nacional.

Luego, el uso de sonidos de latas mezcladas con regueton que sube y baja para permitir la entrada de efectos sonoros como los anuncios del Messenger, enfatizan la idea de que el personaje esta tranquilo trabajando en la red y que ese es su medio de trabajo y ocio a la vez, sin que se convierta en una especie de tecnoadicto, sino más bien en un realizador sonoro con apoyos en las nuevas tecnologías.
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Un punto importante de la sonorización es el aprovechamiento de el sonido ambiente dentro de las entrevistas pues permite introducirse en un ambiente especial.

En el testimonio de la patinadora, el de Diego, el del Dj Alejandro, al igual que al jugador de rana, los sonidos son aprovechados al máximo para enmarcarlos en su propio ambiente y apoyar la caracterización, es decir sus rasgos y códigos de personalidad, lo que los diferencia a unos con otros. El sonido del choque de los aros en la boca del juego de rana, los rodamientos y roce de las llantas en la pista, el sonido fuerte y chillón de algunas voces, nos remiten a la comprensión de códigos sonoros que identifican a las personas y sus actitudes.

Es el caso del sonido pausado de Diego en el ocio, donde queda claro a través de la pronunciación y vocalización que con una buena apropiación del lenguaje se puede contar un mejor cuento, o mas claro, mientras que con los otros lenguajes vemos un exceso de seseo, rrerreo y pepeo, todas estas sibilancias y muletillas del más popular.

Los ínter títulos están reforzados con la introducción de una canción que tiene una primera cuadratura sin percusiones y si vientos fuertes, que permiten la entrada contundente de todos los instrumentos, para con un ska (ritmo isleño tipo rock tropical) fusión salsa, permitir la dinámica de la edición, para así, llevarnos en un collage de imágenes, que se impulsan unas con otras gracias a los distintos sonidos de la canción. Este código sonoro refuerza la idea de que los jóvenes están permeados por sonidos y ruidos que los identifican más con lo global que con lo musicalmente propio, como un torbellino o un bambuco, sin decir con esto que los jóvenes no sean también escuchas de lo que se entiende como música colombiana y que además se identifiquen con ella.

La inclusión de música electrónica con sus distintos géneros internos, es una permanente que indica, la aproximación a lo joven desde la fusión variada hacia la exposición de una forma de cantarle al mundo. Es como que usted también lo puede hacer y no hay que esperar a que venga un productor musical internacional para ser un rock star, si no que aunque usted no sea el mas lindo o el mejor bailarín o no tenga la mejor voz, lo que busca el joven representado en Banderas en Marte es ser escuchado en medio de la exclusión, como socio de una gran comunidad democrática.

También vemos un equilibrado balance entre los sonidos musicales, los efectos sonoros y las entrevistas.

Dentro del espectro musical encontramos dentro de la narrativa, que un código común entre los jóvenes que hacen el programa y los que lo ven, es la utilización de la música que hace algún personaje, para ser utilizada dentro del programa como un elemento central del tema. Este código, nos muestra como sonoramente, existe un circulo narrativo, que nos relaciona en interpela a unos con otros.

La música produce representaciones de la realidad (Pablo Vila) y esa música es un código de entendimiento común a los seres humanos. Es en la realidad donde se entreponen los sonidos más comunes que nos llevan siempre a una situación o visión que nos recuerda un hecho que nos ubica sentimentalmente con alguien o algo.

El código sonoro del ruido, hace parte de una ciudad llena de caras, que escuchan sonidos, de ahí que las mezclas sonoras sean una representación del ser joven en una urbe tan complicada y sinfónica.

Los fulles, las voces en OFF, la banda sonora y los sonidos incidentales, son una amalgama de códigos que permiten la sociabilidad ya que ningún elemento sonoro, pisa al otro y los volúmenes están manejados, para producir alteraciones perceptivas en el televidente que de una forma especial representan y codifican las múltiples frecuencias de sonido que existen en las ciudades.

La mezcla de los sonidos de los pies, las multitudes y los testimonios de los personajes, están pensados de manera tal, que al escuchar desprevenidamente, pareciera que estuvieran conectados por algún elemento de representación individual, como lo puede ser una canción que habla de bailar, de amar, o un sonido de un pito, que nos recuerda un accidente y cada uno de lo sonidos, es un figura de entendimiento común, un punto de encuentro de los imaginarios urbanos.

Los sonidos de los video juegos, como parte de la narración, el paneo de algunos sonidos que permiten la referencia a algo que disgusta o las palabras susurradas son a su vez códigos que son convenciones previamente establecidas por los hombres.

La relación entre el ocio y una canción como “no hago más na´” del Gran Combo de Puerto Rico, tan representativa en el mundo salsero, como un himno a la vida libre, se mezcla con los sonidos de copas, diálogos, murmullos y un sin fin de frecuencias sonoras que codifican comportamientos y actitudes que nos relacionan como seres que comparten espacios y pensamientos comunes.

En el final de los programas de Banderas en Marte se maneja un sonido que hace parte de su promoción radial y que esta integrado dentro de la parte visual como un recurso narrativo que codifica al radioescucha en un pequeño espacio de expresión que se le da para que de su opinión sobre el tema específico. En este espacio se escucha un mensaje grabado en contestadora telefónica, con un ruido de estática prototipo de la voz en teléfonos, que es código claro de algunos grupos juveniles a los cuales los otros medios les son esquivos.

Las animaciones internas están llenas de sonidos de pájaros, música de bares, pájaros, viento, y voces en OFF, con gemidos y campanas, como lo vemos en el programa Bendito sea el sexo en la historia animada del rey y la reina.

Junto a esto, también es objeto de análisis, los sonidos de lo cotidiano de cada uno de los personajes. Su trabajo, su casa, los teléfonos, el sonido de las baterías son referentes de sus entornos, los cuales, son típicos y sirven de código de referencia para otros jóvenes. El sonido del corazón es código del sentimiento de amor adolescente. Ese código común es claro ejemplo de lo que el sonido puede logra transmitir. También el sonido de la marcha de la corte marcial de Edilberto, así como el roce de los sacos y las espadas, hacen parte de un todo que muestra una necesidad de búsqueda, tal y como lo vemos en los planos de las mujeres homosexuales, donde un piano de fondo se funde con un dialogo de mujeres en ejercicio democrático es decir en pleno dialogo.
En otro lado de la narración tenemos los testimonios y mezclas de los break Dancers, que tienen sonidos específicos del hombre de la calle, mezclados con sus diálogos, los sonidos resoplados de la garganta y cachetes que hacen un beat musical, el sonido de alarma que nos informa sobre la alerta roja, si no usamos el condón, las frenadas, las sirenas y gritos que nos revelan una realidad que es el código de la supervivencia callejera.

La relación del cambuche del exgamin Danilo, con el sonido del agua negra del caño bajando, el punk anárquico político, es fuertemente introducido para dejar clara la posición de los Red Skin y como sus vestuarios hacen parte de una consigna política que va de la mano con su estilo musical. El uso del sonido telefónico, con interferencia y opacidad de los bajos para dar a entender el acto ilícito, mezclado con los sonidos de las calles y los interiores de lo automotores cuyos murmullos hacen evidentes la actitud policiva.

Todos estos elementos sonoros, son clara referencia de los códigos que representan a un conjunto de personas que son constantemente interpeladas por sus acciones o por sus superiores y estas respuestas que se generan son coordenadas que pautan comportamientos y formas de entendimiento de lo juvenil.

Banderas en Marte toma el código sonoro como parte imprescindible de la elaboración de su narración pues se atreve a indagar sobre las referencias y gustos musicales de esta población excluida por una sociedad que cree en la música como un eje elitista o segregador y tal vez perpetuador de costumbres insanas dentro de las sociedades democráticas. Banderas en Marte por el contrario de lo que la música culta propone, retoma este clasismo y la involucra jocosamente como un elemento de cuestionamiento sobre que es realmente piensan los jóvenes sobre la familia, las relaciones interpersonales o el tiempo libre